El concurso de los abuelos. Pablo C. Reyna
El concurso de los abuelos. Pablo C. Reyna.
Todo comienza, como no puede ser de otro modo, cuando hablamos de pueblos pequeños: con las fiestas de verano del pueblo.
Espistao tenía unas fiestas como las de cualquier otro pueblo. Con sus verbenas, camiones de churros, bailes nocturnos, etc. Pero desde hace unos años hay algo distinto en las fiestas de Espistao. Y es que tras el resurgir del pueblo con la nueva urbanización que lo ha puesto como destino de moda, ahora los niños del pueblo están algo divididos en pandillas y los concursos infantiles son toda una batalla por ver cuál gana.
Por un lado, están los Lugareños, los que siempre han estado en el pueblo. Pero dentro de esos también están los Rurales, los hijos de los ganaderos que viven al otro lado del pueblo. Por el otro, los Urbanitas, que son los que han llegado a la nueva urbanización, y/o algún rural que se ha desplazado a ella para pasar a ser urbanita.
Y por último están los Forasteros, quienes sin ser del pueblo, pasan siempre de dos a cuatro semanas en él por vacaciones.
En años anteriores han ganado los Rurales o los Lugareños, llevan ventaja porque se conocen bien el pueblo y sus entresijos.
Este año los Urbanitas están dispuestos a llevarse el premio y para ello se están preparando a conciencia.
Da comienzo el bando del concurso con una alegre alcaldesa eufórica al ver a todos los niños del Valle tan… unidos. Digamos que ignora que en realidad ese concurso sirve para enfrentar aún más a las pandillas del pueblo.
Cada año el concurso ha sido distinto: en ocasiones es de temática campestre y animal, favoreciendo que ganen los Rurales, otra vez fue sobre la historia del pueblo y ganaron los Lugareños por ser quienes mejor la conocen y para este año, están a punto de descubrir en que consistirá el concurso a través del bando que tiene lugar en esos momentos.
«Se hace saber… bla bla bla… este año para ganar el concurso infantil tendréis que participar con vuestros abuelos».
¡¡Toma ya!!.
Así da comienzo el concurso de los abuelos, con Rurales y Lugareños contentos porque si algo tienen todos, son abuelos de todo tipo. Pero los Urbanitas están muy enfadados porque ven como otro año no podrán ganar, ya que son en su mayoría familias nuevas llegadas a la urbanización y sus abuelos no están en el pueblo.
Definitivamente, eso es obra de la maldición del recierzo. Cuando el viento sopla del norte, solo ocurren desgracias. Y justo al norte está la urbanización, ¡están gafados!.
Pero si algo no les falta a los Urbanitas es ingenio, y no se van a dejar ganar tan fácilmente… ya tienen un plan en marcha:
SE BUSCAN ABUELOS.
Pondrán un anuncio para encontrar abuelos y ganar el concurso con ellos.
¿Creéis que será tan simple¿, ¿podrán ganar esta vez?.
Dicen que el recierzo, el viento del valle de Espistao, provoca desgracias. ¿Podrán librarse sus habitantes de la antigua maldición?
Kiko, Angi, Tono y Carmen llevan todo el año preparándose para el gran concurso infantil. Necesitan cinco abuelos para participar y ellos no tienen ninguno, pero la idea de poner un anuncio en internet lo cambiará todo.

Ficha técnica.
Título: El concurso de los abuelos.
Textos: Pablo C. Reyna
Ilustraciones: Eugenia Ábalos
Editorial: Loqueleo.
Temática: amistad, familia, aventuras.
ISBN: 9788491224051
Detalles: 168 págs, 14 x 20 cm
¿Tienes pueblo?, ¿Tienes abuelos?.
Desde el capítulo uno he reconocido el valle del Espistao. Los que vivimos en pueblos pequeños, casi aldeas, con sus bandos, sus niños en la calle, sus cuatro casas conocidas y fiestas populares, habremos visto muchas similitudes que nos han transportado a nuestros propios hogares.
Dicen que quien tiene un pueblo tiene un tesoro. Yo tengo otro dicho: pueblo chico, infierno grande. Y ambas son correctas.
Seguro que también os suenan esas rencillas entre pandillas y esos grupos según seas de un sitio u otro.
Yo a menudo me pregunto como es posible que siendo tan pocos niños, pierdan el tiempo con esas tonterías en lugar de jugar todos juntos.
Pero esa es otra historia, porque El concurso de los abuelos no trata de pandillas o de peleas de niños, trata de una figura muy importante y a menudo olvidada: los abuelos.
Yo tuve la suerte de criarme con mis abuelos en un pueblo y disfrutar de ellos y de mil aventuras juntos, algo que por ejemplo mi hijo no puede hacer.
Me ha parecido muy tierna esta forma de contar una obviedad: que cada vez más niños viven sin sus abuelos cerca y cada vez hay más «abuelos» sin nietos. ¿Por qué no hacer algo para reunirlos, aunque sea una vez al año con motivo de una fiesta?.
Este libro es un homenaje a los abuelos y los tengamos o no, nos llegará al corazón. A unos nos hará recordar tiempos pasados y a otros quizás les dé un empujoncito a la hora de tener más relación con los suyos, nunca es tarde para empezar.
Y, ¿quién sabe?. Quizás este verano en alguna fiesta de pueblo alguien tenga la genial idea de organizar un Concurso de los abuelos.
Sobre los autores:
Pablo C. Reyna nació en Valencia en 1987 y vive actualmente en Madrid, donde se dedica a la literatura infantil y juvenil. Es autor de la serie MultiCosmos y La casa de los dragones, finalista del premio El Barco de Vapor y además, dibuja el webcómic Libreros, donde recoge escenas cómicas de una librería inventada llamada Tomo y Lomo.
Eugenia Ábalos nació en Mendoza (Argentina) en 1977, pero reside en Madrid. Se licenció en Diseño Gráfico en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza) y posteriormente realizó estudios de Ilustración en Escuela de Arte Casa de los Picos de Segovia y en Arte 10 de Madrid. Comenzó en el mundo de la ilustración profesional en 2008 con la obra Tic-Tac, con texto de Diego Arboleda, libro que resultó ganador del Premio Internacional de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz.