Sandalias para niño: cerradas o abiertas, romanas, sport… ¿Cuál eliges?
Es inevitable hablar de calzado de verano cuando llegan estas fechas y tienes niños en edad de cambiar de número cada año. ¿Qué calzado es mejor en estas fechas?. Pues no hay una respuesta válida, el calzado que se adapte a vuestra situación o necesidades será el acertado.
Por aquí hemos pasado veranos de usar solamente lonas de tela porque solo quería correr, menorquinas porque le parecían más cómodas, y ahora prefiere sandalias y eso hemos buscado. Ahora, si bien a la hora de elegir lonas y menorquinas únicamente había que decidir el color, con las sandalias para niño se nos abre todo un abanico de posibilidades.
¿Abiertas o cerradas?.
Puede que os sea indiferente, pero realmente tiene su importancia. En alguna ocasión le he cogido sandalias abiertas al peque y al pasarse el día jugando, corriendo, con la bici o una pelota, se hace daño en los dedos. Así que para niños inquietos que trepan a los árboles, van en bici y dan patadas a los balones, creo que es mejor unas sandalias de punta cerrada que proteja sus deditos.
En cambio, si os gustan mucho los modelos abiertos, podéis usarlos para tarde de paseo, eventos o salidas familiares y tranquilas.
Tipos de sandalias para niño.
Parece tarea fácil elegir unas sandalias para niño, pero lo cierto es que hay tantos modelos distintos que se te van los ojos irremediablemente detrás de todos.
Yo admito que soy muy fan de las menorquinas y Noah las utilizó todo el tiempo mientras era más pequeño, ya que los modelos infantiles llevan una correa extra de sujeción. Ahora que lleva números grandes y no existe esa opción, escogemos otro tipo de sandalias que no corra riesgo de salir volando.
Tengo que mencionar que en la zapatería infantil Carrilé he encontrado menorquinas con correa por el tobillo hasta el número 34, lo que pasa es que este año el peque ya lleva 35. Pero está muy bien que tengan más opción y no solo en números bajos.
Dentro del mundo de las sandalias para niño yo distinguiría dos tipos: las de vestir y las de diario. Aunque, hay algunos modelos que sirven para todo y son muy versátiles. Suelo escoger de este tipo para no comprar muchos pares cada verano, me da pena porque sé que no las va a aprovechar para el siguiente.
Las sandalias para el día a día son más sport o todoterreno, perfectas para dejar que jueguen como quieran porque sus materiales son resistentes, las suelas son ligeras, flexibles y antideslizantes y quedan perfectamente sujetas al pie y cerradas para proteger los dedos.
Por aquí lo mismo se usan en campo que en asfalto, para excursiones, con el patinete, para ir a jugar con los amigos o lo que quieran sin miedo a hacerse daño, pero dejando que sus pies transpiren al ser tipo sandalias.
Luego estarían las que yo llamo sandalias para ir a la piscina o a la playa, que son más abiertas y rápidas para descalzar.
Incluso algunos modelos sirven para meter los pies en el río o en la playa, aquí las usamos mucho por las piedras. En este caso debemos fijarnos que sus materiales sean telas o sintéticos, que son los que mejor aguantan el agua. Son perfectas para que las lleven a campamentos y excursiones donde lo mismo están en terreno seco como mojado.
Los cierres son de velcro generalmente, lo que facilita la autonomía de los niños a la hora de ponérselas ellos solos.
Y por último, las que más me gustan, las sandalias que llamo «de vestir» porque su línea es más fina y quedan bien con cualquier cosa, siendo aptas para todo tipo de eventos como bodas, comuniones y celebraciones, pero también para una salida familiar o ir al cole en los días de calor.
Suelen ser modelos de napa y piel, que las hacen más elegantes a la hora de utilizar en ocasiones especiales. Sigo prefiriendo los cierres de velcro por comodidad y las suelas antideslizantes y punteras cerradas por seguridad.
Sandalia cerrada Camper.
De estas últimas que os he enseñado acabamos de escoger nosotros un par que necesitábamos para una comunión, pero que a la vez sirvieran para llevar cualquier día de verano, en una comida familiar o algún paseo improvisado.
Dejé que eligiera el crío, que es quien las va a llevar, y se decidió por un modelo de Camper cerrado y en color azul marino.
Están fabricadas en piel, la tira de sujeción se abrocha con velcro y la suela es de goma antideslizante.
Además, es una marca que fabrica en España y me gusta apoyar al comercio local.
Está disponible en diferentes colores: taupe, azul, cuero, marrón y kaki. Son muy cómodas y blanditas y calzan perfecto, no hay que pedir números más grandes o más pequeños.
¿Sabíais que este es el modelo más vendido?. No me extraña nada porque son muy bonitas para cualquier evento u ocasión, pero lo suficientemente cómodas y ponibles para usar cualquier otro día.
Después de todo, aquí comenzamos sacándolas solo en ocasiones especiales y a los pocos días ya las tiene puestas todo el día porque en verano quiere rapidez para salir disparado por la puerta con los amigos, y este tipo de calzado con velcro es el que más le gusta para ponérselo él solo.
Zapatería Carrilé.
Carrilé es una zapatería para toda la familia, pero su especialidad son los pies de los más pequeños de la casa, el calzado infantil. Fue Javier García Ruiz quien abrió la primera tienda en 1964 siendo, además, la primera zapatería especializada en niños en Zaragoza: Calzados Chavales.
Años después se incorporó su mujer y pasó a llamarse como la conocemos ahora, Carrilé.
Hoy son sus hijos quienes dirigen, gestionan y siguen dando vida al sueño de sus padres.
Sus tiendas físicas se encuentran en Zaragoza, pero todos podemos conseguir su calzado en la tienda online, no hay problema.
En cuanto a la tienda online, funciona de maravilla y disponen de multitud de modelos. Los plazos son más que satisfactorios, llegando tu pedido en 24-48hr laborables. En cuanto a los gastos de envío, también son muy razonables teniendo en cuenta que es un envío exprés y que solamente cuesta 2.99 para envíos de menos de 39€ y gratuitos si se supera esa cantidad.
¿Ya tenéis vuestro modelo favorito?