Tancho. Luciano Lozano.
Tancho. Luciano Lozano
Akiara books nos presenta este álbum tan apropiado para el tiempo en el que estamos. Una historia que nos habla del amor por la naturaleza, la solidaridad y la esperanza.
Tancho es el nombre con el que los japoneses llaman a la grulla, y es también el apodo con el que conocen a Yoshitaka, un pequeño niño que siente fascinación por estas aves y que cada año espera con ganas el final del verano y la llegada de las nieves porque con ello, sabe que las grullas vuelven.
Era todo un espectáculo ver sus danzas buscando la atención de las hembras con sus elegantes bailes y cortejos.
Tancho se hace mayor a medida que pasamos las hojas. Ahora es padre y sigue en su ventana observando a las grullas, que cada vez eran menos porque la gente estaba tan atareada que ya no tenían tiempo de cuidarlas como solían hacer.
Solo una pareja vino esa vez, y a diferencia de otros años cuando huían de todo contacto con el hombre, ahora se dejaban acariciar para saciar su hambre pues cada vez es más difícil para ellas encontrar comida en la nieve. Así que decide hacer algo y comienza a alimentarlas, de lo contrario dejarán de venir y quizás de existir.
Gracias a su determinación las grullas siguen volviendo año tras año y Tancho sigue creciendo y haciéndose mayor mientras las cuida para que no dejen de volver cada invierno.
¿Quién recogería el testigo cuando Tancho no estuviera?, ¿para quién bailarían las grullas agradecidas por sus cuidados?.
Con las primeras nieves llegaban las grullas a los humedales de la isla de Hokkaido, en Japón. Tancho siempre miraba la extraña danza que realizaban desde su ventana. Pero un invierno tan solo apareció una pareja…

Ficha técnica.
Título: Tancho
Autor: Luciano Lozano
Editorial: Akiara Books.
Temática: naturaleza.
ISBN:978-84-17440-81-7
Detalles: 48 págs, 28 x 24 cm
Dos historias reales en una.
Tancho está basado en la historia de Yoshitaka Ito (1919-2000), el hombre que alimentó y cuidó de las grullas salvándolas de la extinción.
Se creía que las grullas estaban extinguidas hasta que un pequeño grupo apareció en la isla de Hokkaido, donde Yoshitaka se ocupaba de ellas.
La sociedad de aves salvajes de Japón continúa el trabajo de Yoshitaka donde lo dejó, allí mismo en su granja. Cada año alimentan a unas 1800 grullas diariamente cuando la nieve impide que encuentren comida con facilidad.
Otro personaje basado en alguien real es Sadako Sasaki, aquí descrita como la hija de Tancho, un dato ficticio como parte de la adaptación. Si hacéis una búsqueda veréis que es conocida por tratar de llevar a cabo un reto procedente de una leyenda, que consistía en hacer 1000 grullas de papel (origami) para curarse de su enfermedad.
Sadako tenía leucemia a causa de la radiación que dejó la bomba de Hiroshima y su historia convirtió a la grulla en un símbolo de paz y esperanza en Japón.
Una sola persona fue capaz de salvar a una especie y dejar un gran legado con sus actos, mientras que en todo el mundo miles de personas contribuyen consciente e inconscientemente a la extinción de otras especies. Quizás deberíamos pararnos a pensar en esto y cambiar hábitos que contribuyen a esa desaparición: contaminación, destrucción de sus hábitats, tráfico y caza ilegal etc.
¿Qué podemos hacer nosotros?. Aunque creamos que no podemos hacer nada, todo cuenta. Podemos participar en programas de protección, contribuir con donativos y actos solidarios, difundir, evitar y denunciar actividades ilegales con los animales, ser voluntarios en programas de protección y centros de recuperación…
Cada granito cuenta.
Sobre los autores:
Luciano Lozano es un apasionado de la cultura japonesa y descubrió la historia que le inspiró para crear este álbum a través de un documental sobre la isla de Hokkaido.
Lleva 15 años ilustrando después de haber estudiado Turismo.