Dislalia funcional del rotacismo, ¡qué rabia con la erre!.
¡Qué rabia con la erre!
¿Habéis oído hablar del rotacismo o la dislalia de /r/?. El desarrollo de los niños no es una ciencia exacta, de eso te das cuenta cuando ya eres madre y todo lo que creías saber sobre su crecimiento, aprendizaje y demás, dista mucho de la realidad.
El habla es una de las cosas que más competiciones provoca entre madres y abuelas, pero lo cierto es que cada niño es un mundo y salvo que el pediatra indique lo contrario si no hay ningún problema que deba ser revisado igual de sano y normal es un niño que se lance a hablar antes o después que otro.
En nuestro caso siempre hubo un claro asunto pendiente para el crío: la erre fuerte. Notamos enseguida que no la pronunciaba pero la pediatra no le dio importancia por su corta edad.
Hacia los 5-6 años aún no la pronunciaba y nos dijeron que se trataba de un rotacismo. Y es que había coincidido que se quedó sin paletas durante tanto tiempo que le costaba aprender a pronunciarla debido a que no podía colocar la lengua tras esos dientes, así que desde el cole le apuntaron a las sesiones del logopeda dos días a la semana para ir corrigiendo la pronunciación, ya que estaba provocando una dislalia evidente que provocaba a su vez que escribiera mal las palabras con erre ya que en su cabeza no las escuchaba correctamente.
En casa cooperamos con unas pautas y consejos que nos dieron y la verdad es que mejoró mucho, sobre todo en cuanto por fin le salieron ambas paletas y pudo aprender a colocar la lengua tras esos dientes.
Entre todas esas pautas, recurrimos mucho al uso de cuentos con erre, específicamente indicados para corregir su pronunciación.
Y aunque nosotros ya no tenemos problemas con la bendita R, no hemos dejado pasar la oportunidad de reseñar uno de esos cuentos que os recomendamos porque además de practicar la erre leyendo, en sus páginas encontrareis juegos y actividades para realizar con ellos: ¡Qué rabia con la erre! de la editorial San Pablo.
Consejos para el narrador: Exagerar la pronunciación de las palabras e interpretarlas vibrando como tormentas y taladros. Tener pajitas, velas, gusanitos y chicles a mano. Jugar juntos y disfrutar de aprender a pronunciar.
Cada cual tiene su ritmo y su manera de hablar, pero a veces alguna letra se encasquilla y toca mejorarla o al menos intentarlo. Este cuento te dará algunos trucos y te animará a recordar que, con un poco de entrenamiento, ayuda y constancia, puedes conseguir lo que te propongas. Descubre una forma divertida de aprender la erre, como hace su protagonista. Se enfrenta a sus miedos, ejercita su musculatura y su respiración y al final… rock and roll.

Ficha técnica.
Título: ¡Qué rabia con la erre!.
Textos: Begoña Juarrero
Ilustraciones: Nancy Brajer
Editorial: San Pablo.
Temática: lenguaje, rotacismo.
ISBN: 978-84-285-5831-0
Detalles: 36 págs, 20 x 20 cm
¡Qué rabia con la erre!
Rodrigo Guerrero tiene un pequeño problema… no es capaz de pronunciar la erre así que ni su nombre puede decir correctamente.
Aún es pequeño y ya sabemos todos que los niños van a su ritmo en el aprendizaje, pero a él le da muchísima rabia no saber pronunciarla como los demás y hasta le provoca el miedo de que en clase le hagan salir y tener que decir esa letra.
A tozudo no hay quien le gane y por eso está decidido a aprender a pronunciarla cueste lo que cueste y lleva mucho tiempo ensayando para que le salga bien. Con ayuda de su mamá, Rodrigo está siguiendo un entrenamiento que consiste en aprender a colocar la lengua detrás de los dientes de arriba para hacerla vibrar y soplar fuerte mientras pronuncia una palabra con una erre fuerte como tormenta o ferrocarril.
Pero eso es solo el principio, para ir calentando. Cada día entrenan con canciones, rap, juegos e incluso comiendo chicle y gusanitos, ¡qué divertido!.
¡Qué rabia con la erre!, es difícil de pronunciar, pero con tanto entrenamiento lo va a lograr.
Si hay una cosa que tengo que destacar es la doble utilidad de este cuento, ya que al mismo tiempo que pueden ir leyendo ellos y pronunciando las múltiples /r/ y /rr/ que lleva (o leer nosotros con una entonación más fuerte), pueden ir copiando los juegos que hacen Rodrigo y su mamá y que sirven para practicar, entrenar y mejorar esa pronunciación.
Tiene múltiples ejercicios que a nosotros nos recomendaron hacer y que la propia logopeda realizaba con él en clase y que más que ejercicios son juegos fáciles y divertidos.
Se puede complementar si el problema es muy evidente o si nos lo recomienda su pediatra con ejercicios de escritura y pronunciación de los fonemas /r/ y /rr/ que también van muy bien. Entre ellos había trabalenguas, adivinanzas, clasificaciones de palabras etc.
Os dejo aquí un pdf con multitud de ejercicios y recursos para trabajar la pronunciación de la R.
Fuente: Departamento de orientación del colegio PP. Escolapios «Dulce Nombre de María” de Granada.
Rotacismo o dislalia de R.
Realmente es muy frecuente y nada extraño que los niños al comenzar a hablar tengan problemas para pronunciar la “r” fuerte. A este trastorno se le llama rotacismo, es el nombre que se le da a la dislalia selectiva del fonema “r”.
Una dislalia es una incapacidad para pronunciar correctamente ciertos sonidos o grupos de sonidos.
El fonema de la /r/ se adquiere a los 4-5 años, por lo que hasta los 5 no suele llamar la atención que no lo hagan pues se considera «normal».
Otras pocas veces nos salimos de la normalidad en el desarrollo y ese rotacismo lo causa el frenillo sublingual, hendidura del paladar o hipoacusia, por eso es conveniente comentárselo si notamos que falla la pronunciación.
En mi caso no le dieron importancia hasta los 5-6 años, pues no veían problemas físicos que impidiesen su pronunciación más allá de la falta de las dos paletas, algo que se corregiría en cuanto le salieran. Ya me avisaron que suele ser de las últimas letras que consiguen aprender a pronunciar correctamente y además tuvo la mala suerte de que esos dos dientes tardaron mucho en salir de nuevo, lo que dificultaba el aprendizaje.
Ya os digo que con el peque fue la propia escuela quien se encargó de señalar el problema y de darnos solución con el logopeda del colegio, pero en otros centros no hay tal servicio y debéis estar más atentos si en torno a los 5 años no la pronuncian correctamente por si fuera necesario acudir al logopeda y que os de algunas pautas.
Si queréis ir avanzando y allanando el camino para trabajar el rotacismo, una buena idea es usar cuentos con erre como el que hoy os hemos enseñado y realizar juegos de soplar y colocar la lengua detrás de los dientes superiores para ir practicando. Siempre sin presionar, de forma amena y divertida para que no les resulte un agobio ni una tarea extra.
Soplar pomperos, hacer pompitas en el agua con pajitas, silbar, tratar de mover folios o adornos colgantes a soplidos y juegos similares son de mucha ayuda y nosotros los realizábamos de vez en cuando.
¡Qué rabia con la erre! es de la colección Miedo a qué, de la editorial San Pablo.
Sobre los autores:
Begoña Juarrero es diplomada en Logopedia y en Pedagogía Terapéutica (Universidad de Oviedo).
Nancy Brajer nació en Buenos Aires y se graduó como Diseñadora Gráfica de la Universidad de Buenos Aires (UBA).