Mi boca es un volcán. Aprendiendo a controlar el hábito de interrumpir.

Mi boca es un volcán

Como padres tenemos el privilegio de disfrutar de mini seres maravillosos que nos llenan de alegría y satisfacciones, pero también tenemos el deber de cuidarlos y educarlos para que se conviertan en adultos igualmente maravillosos, educados, y a ser posible, buenas personas. Al menos ese es el deseo de la mayoría, que sean felices y buenas personas.

Siento que se ha perdido gran parte de la buena educación que antes se les daba a los niños y cada vez hay más chiquillos que desde que levantan un palmo del suelo sueltan sapos y culebras por la boca, no tienen respeto por nada ni nadie y crecen descontrolados.

No digo que sea norma general, pero si me alarma ver tantos casos así. Aún recuerdo cuando pedí a un mico de unos 6-7 años que no saltase encima de mi sofá y me respondió: cállate o te cierro la boca. ¡Qué angelito!.

Cuando yo era pequeña teníamos un respeto enorme por los mayores en general, no solo por nuestros padres. Hoy día a veces no hay respeto ni por los padres y eso es culpa solamente nuestra, por no poner límites y frenos a esas acciones.
Hace poco el niño de una vecina (6) le dijo a su madre «no quiero, hija de p**a». Yo me escandalicé, la verdad, y ella me miró y con una sonrisa me dijo: qué tremendo, pero es que él es así.
Y no, yo no creo que el niño sea así, creo que lo han dejado ser así con el mal ejemplo y la falta de límites.

A lo que voy, que tiendo a enrollarme. A mí me gusta, y más trabajando cara al público atendiendo sobre todo a familias, tener alrededor a niños educados de los que no te lo hacen pasar mal, y una de mis mayores preocupaciones, sobre todo con tanto ejemplo negativo cerca, es que mi hijo tenga educación y respeto. En ello estamos ;).

El mal hábito de interrumpir.

niños hablando

Una de las cosas que más le está costando controlar a Noah es la manía o el hábito de interrumpir.
Da igual que estés hablando con un cliente, con su maestra o haciendo la compra que si él tiene que hablarte lo hará sin importarle que estés hablando con otra persona y además se enfada si le dices que debe esperar.

Es un poco estresante porque a veces estás en una situación en la que no puedes pararte a explicarle que eso está mal y el motivo, ya sea porque estás comprando y hay más gente esperando que te mirará mal por tardar o porque estás hablando con alguien que tiene prisa.

Con él siempre procuro desde que era pequeño, no decirle las cosas «porque yo lo digo y punto» sino que se las explico, le pongo ejemplos para que entienda por qué eso está mal o le pregunto como se sentiría si se lo hicieran a él. Creo que dialogando se consigue mucho y ellos son capaces de entenderlo aunque creamos que no lo harán.

Pero por más que le explico una y mil veces que interrumpir a la gente cuando está hablando está muy al, le cuesta horrores.
A veces usamos la técnica de la escuela de levantar la mano y se controla más además de resultarle gracioso. Cuando está con sus amigos del cole sobre todo, me he fijado que suelen pedir turno levantando la mano para decir algo.

¿Cómo ayudar a los niños a controlar el hábito de interrumpir?.

Mi boca es un volcán.

Ya sabéis que aunque creo que los libros deben elegirse principalmente a gusto de los niños para que los disfruten, también hay lecturas muy útiles porque detrás esconden mensajes de valores y hábitos que pueden aprender desde la empatía a través de los personajes de los cuentos.

Es el caso de Lucas en Mi boca es un volcán. Un libro editado por el sello Picarona que nos habla de un pequeño que no sabe controlar sus pensamientos y su lengua, interrumpiendo constantemente a todo el mundo.

¡Lucas siempre interrumpe! Todos sus pensamientos son muy importantes para él, y cuando tiene algo que decir, sus palabras rugen y gruñen en su estómago, se mueven y bailan en su lengua y luego empujan sus dientes, justo antes de entrar en ERUPCIÓN (o interrumpir). ¡Su boca es un volcán! Pero cuando otros comienzan a interrumpir a Lucas, él aprende cómo esperar respetuosamente su
turno para hablar..

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Ficha técnica.

Título: Mi boca es un volcán
Textos: Julia Cook
Ilustraciones: Carrie Hartman
Editorial: Picarona.
Temática: buenos hábitos.
ISBN: 978-84-9145-436-6
Detalles: 40 págs, 27 x 20 cm

 

Lucas es un niño con muchas cosas importantes que decir, y por eso las suelta sin más, porque para él todas son muy importantes y eso es indiscutible.

mi boca es un volcán 

Cada vez que habla con alguien o a su alrededor hay una conversación, las palabras comienzan a llegarle, su mente se pone en marcha, su lengua se acelera y ¡zas!, Explota como un volcán y suelta todo lo que tiene que decir.

Eso le trae algunos problemas sobre todo en clase, donde no para de interrumpir a la profesora con sus ocurrencias y no es que no sean importantes, pero no es el momento.

mi boca es un volcán

A Lucas le cuesta mucho esperar su turno para hablar o tener conversaciones donde los demás también hablen, porque él necesita soltar todo y acaparar la conversación aunque sean cosas de adultos.

Entonces algo ocurre el día que Lucas tiene que exponer en clase un trabajo con fotos de sus cosas favoritas, le encanta hablar sobre eso y es el momento. ¿Y qué ocurre?. Pues ocurre que a mitad de la historia su compañero Richard se pone a contar sus propias historias acaparando la atención de todos e interrumpiendo a Lucas. Eso lo hizo enfadar muchísimo.

mi boca es un volcán

Pero no quedó ahí, pues más compañeros suyos comenzaron a interrumpir su relato haciendo que Lucas se sintiera molesto por ello. ¡Estaban siendo muy groseros con él!.

En ese momento es cuando comprende que interrumpir a los demás cuando hablan si no es una emergencia, es una grosería, ¿Cómo controlarlo si su boca es un volcán y no la puede detener?.

mi boca es un volcán

Mi boca es un volcán es uno de esos libros que muestran lo que es correcto mediante el ejemplo y el mensaje llega a los niños mediante la empatía.
Cuando lean como se siente Lucas al ser interrumpido se pondrán en su lugar y captaran que eso está mal.

También os recomiendo que comentéis la lectura con ellos y en las partes donde Lucas interrumpe constantemente a los demás preguntemos a los niños qué les parece esa actitud y si Lucas está haciendo bien o mal.

Los niños interrumpen porque consideran que lo que tienen que decir es muy importante así que no restéis importancia a sus cosas, tan solo explicadles que tienen que esperar salvo que sea una emergencia, ya que hay tiempo para escuchar y ser escuchado.

¿Cómo controlar el hábito de interrumpir?

No os diré que sea fácil y rápido en todos los casos porque yo misma estoy aún luchando con este tema, pero si hay cosas que pueden funcionar y con algunos niños será más fácil que con otros.

Lo primero que hay que hacer es tener en cuenta la edad de los niños. No es lo mismo un peque de 3-4 años que uno de 8. Hasta los 3-4 años es muy difícil tratar de que no interrumpan y cambiar eso va a ser imposible, pero a partir de esa edad es el momento perfecto para enseñarles.

El ejemplo. Como siempre digo, la mejor enseñanza es el ejemplo y si queremos que entiendan que interrumpir está mal, es mejor que no nos vean a nosotros hacerlo, ¿verdad?.

No pensar en las propias experiencias. La mayoría de interrupciones vienen dadas porque cuando nos están contando algo, pensamos en casos que nos han ocurrido a nosotros y soltamos el «pues yo, pues a mí…». Y aquí me incluyo.
Tenemos que tratar de no pensar en nuestros propios ejemplos, es el turno de la persona que nos lo está contando y podemos solamente escuchar. Practiquemos eso con los niños.

Establezcamos una señal para hablar cuando estamos ocupados con otra persona. Este es mi mayor problema, que el peque me interrumpe cuando hablo con gente. Podemos establecer una señal similar a cuando levantan la mano en clase para saber que quieren decir algo y que lo harán en cuanto acabes. Para que se motiven y sepan que funciona no les hagas esperar demasiado y así no se cansará de hacerlo y cogerá la rutina de esperar siempre y cuando no sea una emergencia.
Una buena técnica es que el niño apriete tu mano cuando quiera decir algo, y tú le respondas el gesto para hacerle saber que has captado el mensaje.

niños hablando

Practicar turnos en casa para las conversaciones. Podemos usar situaciones cotidianas por ejemplo en la mesa cuando comemos o cuando estamos en familia para establecer turnos para hablar y que así los niños vean que todos por igual respetáis el momento en el que hablan los demás sin interrumpir. Poco a poco se acostumbrarán, o esa es la idea, a esperar a que otros acaben para hablar ellos.

No hables de ellos cuando están delante. Me he fijado que mi hijo suele interrumpir mucho más cuando estoy hablando con otras madres u otras personas sobre él. Por ejemplo, explicando que come mal, o que ocurrió tal cosa el otro día, o que se enfadó por esto otro. Cosas a las que no damos importancia, pero que ellos con cierta edad empiezan a odiar, así que sienten la necesidad de interrumpir para que no sigas hablando de ellos o para contradecirte.
Además es un mal hábito por mi parte porque ya no es un bebé y a veces se me olvida que no le hace gracia que hable de él así, y es completamente entendible.

¿Se os ocurre como controlar este mal hábito?.

Sobre los autores del libro:

Julia Cook es una reconocida autora de libros infantiles, terapeuta y experta en crianza de niños. Tiene publicados casi 100 libros para niños con temas diversos sobre habilidades sociales, gestión emocional y buenos hábitos.

Carrie Hartman se graduó en ilustración y podemos ver su trabajo en publicidad, cuentos infantiles, papelería, proyectos de animación, editoriales etc. Es miembro de diversas sociedades de escritores e ilustradores y con sus ilustraciones ha ganado varios premios.

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