Tarta de galletas y chocolate, fácil y sin horno.
¿Quién no ha probado nunca la tarta de galletas y chocolate también conocida como «tarta de la abuela»?.
Yo creo que todos alguna vez la hemos comido o la hemos visto en casa, y es que es una de las tartas más sencillas y rápidas de preparar y además está buenísima y admite algunas variantes.
Eso sí, como no te guste el chocolate estás perdido, mejor pasa a mi receta de las tartas de queso.
Vamos al grano porque es una receta muy, muy sencilla y no necesita presentación. Si tenéis los ingredientes y tenéis media horita, ¡podéis hacerla!.
Como decía, hay varias variantes en cuanto al relleno que podemos poner entre capa y capa. Por ejemplo, yo a veces uso yogur de trufa de la lechera, para no usar demasiado chocolate.
La receta de hoy, lleva flan del tipo potax mezclado con chocolate.
Ingredientes:
Para el relleno:
1 sobre de flan potax
Chocolate rallado
Galletas tipo María
Leche templada
Para la cobertura:
200ml de Nata de cocinar
200 gr Chocolate rallado 70% o fondant
El tipo de chocolate que uséis puede cambiarse, hay quien usa el negro 100%, yo uso un 70% o a veces menos porque no me gusta el chocolate amargo.
Empezamos preparando el flan. A mi me gusta hacer flan casero cuando el postre es el flan en sí, pero para el relleno de la tarta prefiero el de los sobres Potax.
Sigue las instrucciones del sobre, tan solo hay que calentar leche y remover hasta que se haga.
Cuando esté listo, añadimos el chocolate rallado o en trozos pequeños y removemos bien. Después, lo dejamos enfriar un poco.
Elegid un molde para la tarta, el que queráis. Si no tenéis de los desmontables, podéis usar de los normales pero os recomiendo entonces no tratar de sacarla y directamente servirla ahí.
Calentamos la leche en una fuente amplia, no demasiado para que las galletas no se rompan. Se trata de ir mojándolas para que ablanden nada más.
Ahora el procedimiento es simple: una capa de galletas humedecidas en leche, otra de la mezcla de flan y chocolate y repetir las veces necesarias hasta cubrir el molde casi por completo.
Para la última capa vamos a hacer cobertura de chocolate y que se quede más durita y consistente. Para ello calentamos la nata y vamos mezclando con el chocolate rallado o el chocolate fondant hasta que veamos que va espesando y tomando el tono oscuro.
La vertemos sobre la tarta ya acabada y movemos para que cubra todo.
Hay que dejarla aproximadamente 3-4 horas en la nevera para que adquiera consistencia al enfriar. A mi me gusta dejarla hasta el día siguiente.
Una vez que esté fría, ya podéis hincarle el diente 😉