Para ser hada madrina… o hado padrino. Cuentos con valores para crecer por dentro.
Para ser hada madrina… o hado padrino.
Los libros de cuentos siempre me han parecido un acierto por la posibilidad de tener varios cuentos cortos en un mismo vólumen. Además como en esta ocasión, algunos de ellos son cuentos con valores, que esconden en sus historias moralejas y enseñanzas para adquirir valores y buenos hábitos.
La editorial San Pablo presenta Para ser hada madrina… o hado padrino. Un libro con cinco cuentos con valores que enseñarán a los más pequeños compasión, asertividad, generosidad, confianza y cooperación.
Los cuentos infantiles son excelentes herramientas para enseñar a los niños buenos hábitos, valores, la diferencia entre el bien y el mal, a empatizar con los demás y un sinfín de cosas más.
Pero al mismo tiempo deben entretenerlos y ser divertidos, para que no suponga un esfuerzo leerlos y no se lo tomen como un «libro para estudiar».
Estos cuentos que hoy os enseño son historias divertidas, alegres, entretenidas, y nos dan pie a enseñar a los niños distintos valores o simplemente a dejar que los lean y ellos mismos los descubran.
A mi me gusta leerlos con mi hijo y después hacerle preguntas sobre lo que ha entendido, para asegurarme de que le haya llegado el mensaje.
Adéntrate en el universo de Carmen Gil y conoce a príncipes enfadicas, fantasmas divertidos, abuelas pirata… Esta colección de cuentos te ayudará a crecer por dentro mientras lo haces por fuera.
Ficha técnica.
Título: Para ser hada madrina… o hado padrino.
Textos: Carmen Gil
Ilustraciones: Varios.
Editorial: San Pablo.
Temática: cuentos con valores.
ISBN: 978-84-285-5771-9
Detalles:96 págs, 20 x 23 cm
5 cuentos con valores para crecer por dentro.
Para ser hada madrina… o hado padrino. Carmen Gil y Esther Burgeño.
El primer cuento es el que da título al libro y tiene como tema central la compasión.
Es la tierna historia de las hadas madrinas, o hados padrinos, esos seres protectores, sobre todo con los niños.
Úrsula, Benita y Marcelo aspiran a llevarse el título de hada madrina o hado padrino pero mientras que la primera es un hacha de la magia, a la segunda no se le da muy bien y se le traba la lengua con los conjuros y al tercero le costaba hasta sostener la varita.
Benita tenía un corazón de oro, y mientras Úrsula se dedicaba solo a aprender y ensayar sus trucos, ella ayudaba a los demás al mismo tiempo que trataba de realizar las pruebas.
¿A qué ya sabéis el motivo por el cual ese año Benita fue nombrada hada madrina?. No era la más diestra con los conjuros, pero tenía un corazón de oro.
Kibo quiere caer bien. Carmen Gil y Susana Hoslet.
El segundo cuento nos habla de la asertividad, la capacidad para conocer y defender tus derechos, sentimientos y necesidades respetando a los demás y sin hacer daño.
Esta vez concoemos a Kibo, un gran elefante muy agradable al que le gusta caer bien. Él no quería ser como el León, que se había quedado sin amigos por ofender con sus rugidos.
El problema es que por esa necesidad de no perder amigos y caer simpático, Kibo a veces hacía cosas que no quería hacer y que estaban mal. Cosas que luego se removían en su conciencia y no lo dejaban dormir.
Así que Kibo aprendió a decir que no pero explicándose tan bien que nadie se enfadaba.
Mío, mío, requetemío. Carmen Gil y Valentí Gubianes.
Nuestra tercera historia os habla de un tema común y a veces polémico con los niños: compartir.
Brunilda era una brujita muy buena en casi todo, en algo que no era nada diestra era en una cosa muy simple: reírse a carcajadas.
Una mañana su madre le regala una varita mágica y Brunilda comienza a hacer hechizos al azar.
Sus amigos estaban anonadados por la varita y pedían que se la prestase un poquito pero Brunilda decía que no, no y no.
Aún así, el grupo jugaba con un palo a hacer que era una varita y aunque no funcionaba, estaban felices y se reían.
Brunilda no entendía por qué ella no se reía, si tenía la varita buena.
¿Lo sabéis vosotros?.
Tengo miedo. Carmen Gil y Eva Santana.
En esta ocasión veremos un cuento sobre la confianza en uno mismo.
Y lo aprenderemos con un grupo de dragones de cola larga, en concreto con uno que tenía pánico a volar y nadar.
Dodo se pasaba el día en el bosque, con miedo a alzar el vuelo o a meterse en el agua.
Se acercaba el cumple de su abuela y le encantaría hacerle el mejor regalo del mundo pero en lo que Dodo está pensando es en una tarta de algas rojas esponjada con nubes y para ello tendría que nadar y volar.
Menos mal que por allí andaba una simpática gaviota que se propuso ayudar a Dodo con su problemilla de confianza.
¿Creéis que lo consiguieron?.
Mejor juntos. Carmen Gil y Patamala.
El último cuento trata sobre el trabajo en equipo.
Esta vez vemos a un grupo de duendes rojos, seres juguetones y miedosos respecto a los duendes de otros colores, que les daban pavor a pesar de no haber estado nunca junto a uno de ellos.
A su vez los duendes amarillos eran traviesos pero de buen corazón y no querían saber nada de los otros duendes porque decían que eran muy raros. Pero tampoco habían hablado nunca con uno.
Por último los duendes azules eran desconfiados y bromistas y no querían saber nada de otros duendes creyendo que solo querrían molestarlos. Pero nunca habían estado con uno.
Así que los grupos de duendes vivían separados huyendo de los demás. Hasta que un día, surgió la ocasión de tener que unir sus fuerzas y dejar atrás sus prejuicios para conseguir algo en beneficio de todos ellos, pero para eso era necesario que hicieran un trabajo en equipo.
Sobre los autores:
Carmen Gil tiene más de 100 libros infantiles editados y muchos de ellos también con la editorial San Pablo.
Nació en Cádiz y además de escribir cuentos es profesora de literatura y se dedica a la animación cultural para la infancia con títeres, teatros, cuentacuentos y diversos talleres.
Las ilustraciones de cada cuento pertenecen a Esther Burgeño, Susana Hoslet, Valentí Gubianes, Eva Santana y Patamala.