El bosque mágico de San Leonardo nunca para de crecer.
Cuando visitamos un lugar turístico, un parque de atracciones, un paraje natural o similar lo normal es que no cambie o lo haga muy raramente. Por ejemplo cuando visitamos nosotros parajes de soria como la Laguna Negra o Castroviejo varias veces al año, no nos cansamos pero siempre están igual, es algo que no cambia.
Pero eso no ocurre con el famoso bosque mágico de San Leonardo (Soria), se salta todas las normas. He ido tres veces en un año y siempre es distinto, los traviesos duendes cambian las cosas de sitio, aparecen nuevas casas, nuevos vecinos, siempre te sorprende.
Llegar al bosque es muy fácil, una vez en Soria tienes que dirigirte hacia San Leonardo de Yagüe.
La primera vez que fuimos fue en enero del año pasado, cuando escribí mi primer post sobre las hadas y duendes que habitaban en el bosque, fascinada por lo misterioso de su creación.
Por aquel entonces poco o nada se sabía de la persona que había empezado aquello. Había especulaciones, rumores, pero nada en concreto.
En invierno el bosque se estropeó un poco. La nieve, la lluvia y el viento destrozaron algunas moradas pero gracias a la gente de San Leonardo volvió a resurgir y aunque algunas cosas seguían igual, otras eran nuevas. Esa segunda vez que lo visitamos fue en agosto, 6 meses después, y ya nos costó encontrar cada casa o habitante nuevo que había, aunque en esa ocasión ya contábamos con un censo actualizado que servía como pistas.
El bosque mágico de San Leonardo hoy.
Y entonces el pueblo se unió, crearon una asociación para colaborar en su conservación y mantenimiento. Abrieron una página de facebook para enseñar al mundo el precioso bosque mágico de san Leonardo y está más vivo que nunca.
La semana pasada lo visitamos por tercera vez, nunca defrauda, ¡había tantas cosas nuevas por ver!. La asociación realiza talleres de adecuación del bosque con voluntarios que tengan ganas de ayudar, aprender y contribuir a que la magia nunca se acabe.
Hay que estar muy atento al suelo, a los árboles, en cualquier rincón se esconde un hada, un duende o un ser mágico. ¡Cuidado no los pises!.
Si subes a lo alto, el hada oscura se ha instalado a las afueras, no la molestes… es mejor no perturbarla.
Podréis jugar en el gran tipi, pedir un deseo en el pozo de los deseos o investigar como es una vecindad de gnomos (en invierno las dos vecindades están resguardadas del clima y sus habitantes se van a sus casas de la playa).
También hay figuras más grandes con las que puedes hacerte un selfie si les pides permiso. En esta ocasión conocimos al cervatillo, que no estaba en nuestra visita anterior.
Todos podemos aportar nuestro granito de arena, y podréis observar que siempre hay construcciones más rusticas creadas por los visitantes. No aguantan mucho tiempo porque son improvisadas pero a los niños les hace felices dejarlas ahí y que sirvan de morada para los habitantes mágicos. Eso sí, recordad las normas básicas:
Usad materiales naturales que encontréis por el bosque, no arranquéis nada, no destrocéis otras construcciones y no empleéis plásticos, materiales artificiales ni colores llamativos que atraigan a los animales y se lo acaben comiendo con el riesgo que conlleva para su salud.
Busca y encuéntralos a todos.
Desde la página de facebook del bosque nos retan a lograr dar con cada uno de los habitantes y construcciones que hay. Para ello, tienen dos documentos con el censo que podéis imprimir y llevaros para ir marcando las que vais encontrando, ¡es muy divertido!
Podéis descargar ambas hojas aquí: Censo del bosque – Otros habitantes (Actualizada el 1 de octubre de 2019).
Disfruta del bosque, pero también respétalo y cuídalo.