Infancia: Los celos con los primeros amigos.

Hay dos tipos de «primeros amigos». Los de la infancia, que rara vez sobreviven al paso del tiempo, y los de la adolescencia, que suelen ser los que perduran y se mantienen. En ambos casos, los primeros amigos son importantes. Yo aunque tuve la desgracia de mudarme mucho de ciudad con mis padres e ir perdiendo amigos, no olvido a los primeros y con algunos aún tengo contacto aunque sea de año en año.

Y con los primeros amigos de la infancia, llegan también los celos tontos.
También lo he vivido jeje, mi teoría es que son etapas por las que todos pasamos y de las que aprendemos.

Los primeros amigos.

No me refiero a esos amigos con 1-2 años que son amigos porque las mamás lo somos. En ese momento ellos aún no entienden lo que es la amistad, juegan con otros niños porque son los niños que tienen a mano. Sus primeros amigos llegan ya cuando están en educación infantil. Cuando van creciendo, se van soltando, aprendiendo, y hacen amigos en la escuela o en su entorno.

Los primeros amigos de la infancia, para ser realistas, no suelen durar muchos años. Generalmente al finalizar la etapa infantil y separarse en clases o colegios diferentes, se van perdiendo y vamos conociendo a otros, los que serán amigos de la adolescencia y con suerte, de por vida.

Obviamente hay excepciones. Si coincide que las familias sois amigas o vecinas, hay más posibilidades de que crezcan juntos. Igual que en sitios pequeños como donde vivimos nosotros, donde no llegan a 20 niños en todo el cole y seguramente serán amigos muchos años jeje.

Esos primeros amigos serán también rivales, pero les enseñaran a socializar, a compartir, a convivir. A respetar y valorar la amistad. Se pelearan seguramente, se empujaran, se quitaran los juguetes unos a otros, y volverán a jugar juntos a la media hora.

Los celos con los primeros amigos.

Es también muy natural que con los primeros amigos lleguen los celos. Los niños tienen ese instinto de posesión que les dice que algo es suyo, incluido su amigo. Están aprendiendo a compartir, y eso incluye la amistad de otros niños.

No es nada raro que se enfaden si «su amigo» juega con otros niños o tiene otros amigos, eso es algo que se pasa con la madurez (aunque conozco a algún adulto no se le ha pasado jaja). De eso trata nuestra lectura de hoy, Los fantasmas no llaman a la puerta de editorial Algar.:

los fantasmas no llaman a la puerta

Los fantasmas no llaman a la puerta.

Autora: Eulàlia Canal Iglesias
Ilustradora: Rocio Bonilla
Edita: Algar
Edad recomendada: Desde 5 años.

Oso y Marmota son los mejores amigos del mundo. Juegan, cantan, pasean, van y vienen y hacen todo juntos.

los fantasmas no llaman a la puerta
Entonces un día, Oso le anuncia a Marmota que vendrá Pato a jugar con ellos. Oh oh, eso no le gusta nada a Marmota.

Así que Marmota mientras Oso está ocupado en la cocina, cuelga un cartel en la puerta: ¡NO MOLESTEN, NO ESTAMOS!.

Pato aún viendo el cartel, llama a la puerta y Marmota sale para recriminarle que les moleste. Como no le gusta nada compartir a Oso con Pato, le dice que no están porque son fantasmas. Y así lo añade al cartel, para que sea más creíble.

los fantasmas no llaman a la puerta

Oso comienza a impacientarse y preocuparse porque Pato no llega, y Marmota va a abrir la puerta para ver si sigue Pato y al abrirla , ¿qué ve?. ¡Un fantasma!.

Claro que no era un fantasma, era Pato, y Marmota le invita a pasar. Mientras meriendan, comienzan a verse sombras y ruidos fuera de la casa hasta que de pronto, llaman a la puerta.

Los fantasmas no llaman a la puerta, dijo Oso y fue a abrir. Y obviamente no eran fantasmas, eran animales del bosque que habían leído el cartel y habían deducido que en casa de Oso había fantasmas.

Al final, son muchos los amigos que se reúnen en casa de Oso para pasar una tarde divertida. ¿Superará Marmota sus celos y jugará con todos ellos?.

los fantasmas no llaman a la puerta

Eulàlia Canal nos presenta una divertida historia sobre los primeros celos con los amigos. Está muy acertada en todo momento y seguro que muchos nos sentimos identificados.
Es el primer libro que tenemos de ella, pero seguro que no será el último.

Toca también parte de emociones y valores. La felicidad de Marmota por ser amigo de Oso, contrasta con la tristeza, los celos y la envidia que siente cuando un tercero llega a la escena.
A partir de ahí comienzan las mentiras, las maldades para deshacerse del «nuevo». Me parece importante cuando comentamos el libro el peque y yo, recalcar esa parte y preguntar al crío si está bien lo que hace Marmota, ver lo que me dice y su reacción. Aprovecharemos el mal comportamiento de Marmota para que los niños aprendan lo que está bien y lo que está mal.

En cambio de Rocio Bonilla, la ilustradora… ya he perdido la cuenta de los libros que tenemos suyos jeje. No me queda nada por decir de ella, nos encanta y su obra es tan amplia como variada.

Me encantan sus ilustraciones a lápiz y colores, parecen realmente ilustraciones hechas por niños en ese mismo momento. Aportan a los cuentos más «realidad» para ellos, ya que se asemejan a sus propios dibujos.

Al final del cuento, podemos hacer ver a los niños lo bonito de compartir y tener muchos amigos ya que eso significan más posibilidades de juegos y diversión. No es una receta mágica, no por leer el libro van a dejar de tener esos primeros celos. Ya os dije que es parte de su desarrollo. Pero si podemos hacer que entiendan mejor lo que les pasa o lo que sienten, porque ya lo han leído, y sepan resolverlo o afrontarlo sin caer en las fechorías de Marmota.

Una vez más, hemos acertado con un titulo de Algar. Una editorial con una enorme cantidad de libros y álbumes ilustrados infantiles. Los que hemos ido escogiendo hasta ahora nos han encantado y sorprendido y esperamos seguir acertando con nuestras elecciones.

Puedes comprar el libro en el link de la editorial (arriba), en librerías, o en Amazon.

¿Le ayudo a hacer amigos?

Ay que difícil saber que hacer, ¿verdad?. Podemos ayudar sin obligar. Conozco a mamás que piden a otros niños que jueguen con los suyos, les dan premios si lo hacen o les prometen cosas. Para mi eso no está bien, no puedes obligar a un niño a jugar con otro o a ser su amigo. Pero lo que si podemos es propiciar encuentros y situaciones para que eso suceda de forma natural.

Lleva a los niños a lugares donde haya otros niños: parques, jardines, lugares de ocio etc.

Si puedes, lleva juguetes u objetos que sean propicios para jugar en grupo y compartir. Evita llevar cosas que solo pueda usar él, o que sean de apego, para evitar peleas por ellos.

No les obligues a jugar con otros niños, ni a los otros niños a ser amigos del tuyo. No intervengas si no es realmente necesario, aunque veas que se pelean por un juguete.

Tampoco es malo que jueguen solos, siempre y cuando también sepan jugar con otros y haya un equilibrio. Si están jugando solos no les insistas en que jueguen con otros o les mandarás el mensaje equivocado de que es malo jugar solo.

Os dejamos nuestro vídeo:

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