¿A qué sabe la luna?. Libros para soñar.

¿A qué sabe la luna? es uno de esos cuentos que seguramente ya está en la mayoría de vuestras casas. La primera edición data de 1999 (Casi ná) y la que tengo yo ya es la vigésimo novena. No cabe duda del éxito de este cuento editado por Kalandraka que pertenece a la colección «Libros para soñar».

Michael Grejniec es el responsable de que exista el cuento. Lo ha construido usando repetición de acciones y personajes, lo que hace que sea adecuado para primeros lectores y fácil de leer. De esa forma también invita a hacerlo en modo cuenta-cuentos, invitando a los niños a responder a la pregunta, adivinar al siguiente animal que va a llegar, y participando en la lectura.

¿A qué sabe la luna?

¿A qué sabe la luna?

Eso mismo se preguntó un buen día la pequeña tortuga. Y tal era su curiosidad, que decide que quiere alcanzarla para poder probarla.
Pero claro, ella sola no puede y tiene que solicitar la cooperación de varios animales. Se van llamando unos a otros para hacer una torre que llegue hasta la luna. Torre, que cada vez tiene que ser más alta pues la luna se aleja cada vez más según los ve acercarse.

Y así van pasando por allí el elefante, la jirafa, la cebra, un león, un zorro, el mono y el pequeño ratón. La luna, subestimando al ratón por su tamaño no se alejó, y así el ratón por fin pudo alcanzarla y probar un mordisquito.

¿A qué sabe la luna?

Lo saboreó y después lo compartió con cada animal, dándoles a todos para probar un pedazo. Aquella noche todos durmieron juntos y muy complacidos por haber podido, al fin, saborear la luna.

… mientras tanto un pez cercano que lo había visto todo, no entendía tanto esfuerzo para alcanzar la luna cuando estaba allí mismo, en el agua.

¿A qué sabe la luna?

Las ilustraciones hechas en papel couché son llamativas por su fondo negro que es el cielo, y la luna inmensa iluminando todo. Contrasta la página de la luna con los animales con ese fondo negro, al lado de la página con e texto donde nos va explicando qué animal aparecerá ahora, en blanco.

El cuento nos viene a destacar lo importante que es la solidaridad y la cooperación. Nos muestra que incluso cuando se trata de alcanzar nuestros sueños, un poco de ayuda no viene mal, y juntos puede llegar a ser posible.
Su mensaje final: Qué todo en la vida es cuestión de perspectiva. Mientras la tortuga alcanzaba la luna en el cielo, el pez la tenía a su lado en el agua.

 

Interactuando con el cuento.

Al peque le encanta la interacción que hacemos con este cuento. Tenemos una colección de animales por familias, de esos que llegan por fascículos, y casualmente están todos los que nombra el cuento.

¿A qué sabe la luna?

Así que cuando lo contamos, el juega a ir colocando cada animal uno sobre otro sin que se le caigan, hasta que alcancen «la luna».

Además la edición que tengo lleva incluido un medidor para colocar en la pared, tras una puerta o donde queráis, y los peques pueden ver si llegan a alcanzar la luna o si deben esperar a crecer un poco más.

¿A qué sabe la luna?

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