¿Sentir lástima ante la discapacidad?. Una historia de superación personal.

Seguro que en vuestro entorno, al igual que en el mio, tenéis a alguien cercano con algún tipo de discapacidad, algo que lo hace «diferente». Y seguro que como yo, muchos en algún momento habéis pensado o incluso dicho en voz alta eso de: oh, que lastima. Qué pena, Vaya, con lo bonito que es, pobrecito. Habéis, o hemos, sentido lastima por esa discapacidad, sin mala intención.

Sabed que es algo muy común, el ser humano tiende a sentir pena en situaciones así, a creer que por tener una discapacidad merece compasión y pena, que no está «completo» y que nunca será «Normal». Visto desde fuera nos parece lógico sentir esa lástima, pero ¿os habéis parado a pensar como se sienten ellos?. ¿Cómo te sentirías tu si todos los que te rodean sienten lástima por ti?.

¿Es malo sentir lástima de lo «diferente»?

Recuerdo a una amiga, no importa el nombre, todos le decían cuando tuvo a su bebé con down: Oh, vaya, pobrecita. Bueno, eso los que se lo decían, la mayoría optaban por sonreír y guardar silencio. Pero en sus miradas se adivinaba la pena.
Una tarde confesó, harta de esos comentarios: Lástima, ¿por qué?. Acabo de tener un hijo, ¿por qué me dan el pésame y no la enhorabuena?, ¿por qué lo miran con pena?, ¿por qué no pueden alegrarse por mi maternidad?.

Me dejó pensando, porque yo era de esas, a las que le había dado «pena» que el niño hubiera tenido down. Tuve ocasión de estar cerca de niños similares con Avaspace en mi negocio en varias ocasiones y se aprende mucho de ellos y de las personas que los educan y guian. Me atreví a preguntarles que sentían los padres de esos niños sin miedo a hacerles daño o a molestar si les preguntaba directamente a ellos.

Me confirmaron lo que ya intuía, que no quieren la pena de nadie, que ellos tratan a sus hijos como a cualquier niño, con conocimiento de sus limitaciones, pero con respeto. Que no sienten que sean inferiores o menos capaces, ni mucho menos que estén por debajo de los demás. Por lo tanto, sentir lastima de ellos, no les ayuda ni les gusta.

la discapacidad no es para temer

¿Qué podemos hacer?

Es fácil: Ser nosotros mismos. Tratarlos como haríamos con cualquier otra persona. Da igual que tenga down, que le falte un dedo, o que sea autista. Hay que empatizar sin sentir pena, tratarlos de la forma más normal  posible, y darles el respeto que se merecen.

No debemos sentir miedo, no hay absolutamente nada que temer. Debemos preguntar si necesitan ayuda si vemos que así es, pero sin agobiar ni ayudar sin que ellos lo pidan o acepten. La mejor forma de ayudarles es tratarlos como iguales.

Imagino que al igual que cuando tenemos un hijo por primera vez, y tendemos a protegerlo en exceso, los padres de niños con discapacidades quizás al principio sientan que deben protegerlos, cuidarlos, y darles todas las facilidades. No lo se por experiencia obviamente, puedo equivocarme, pero creo que sería mi plan original si me pasase a mi.

Yo les hablaría de Bolobo, un cuento precioso sobre la superación personal y la diversidad, la aceptación de limitaciones y sobre todo, el respeto. Leer ese cuento me ha enseñado a no verlos con pena, no creer que son inferiores a mi por sus limitaciones, y no estar tentada de hacerles todo pensando que ellos no serán capaces.

Bolobo está escrito e ilustrado por Nono Granero, como él se define: Narrador, ilustrador y titiritero entre otras cosas.

Como padres de niños con discapacidad no debe ser fácil tener esa confianza y confiar en que podrán hacerlo, que lo van a superar, que superarán los obstáculos, o que podrán valerse por si mismos . Lógicamente hay diferentes tipos de discapacidad y unos podrán mejor que otros, pero debemos confiar en su capacidad de superación, y dejarles que lo intenten.

Bolobo.

Bolobo milrazones

Bolobo es un cuento precioso que te sacará alguna lagrimilla. La historia se centra en un pequeño mono que nace sin brazos, y sus padres, sobre protectores, preocupados por su pobre Bolobo y el futuro que le espera.

Los papás de Bolobo notan esas miradas de compasión, escuchan los comentarios «pobre…», y ellos mismos dudan de la capacidad de su pequeño para valerse por si mismo, sin bracitos.

Bolobo milrazones

En su afán por tratar de que sea normal, intentan varios planes para dotar a Bonobo de brazos artificiales. No aceptan la discapacidad de su hijo, que ajeno a todo, vive feliz y se ve completamente normal.

Bolobo milrazones

Al final, nos da una lección a todos, cuando Bolobo, a pesar de su discapacidad, los salva a todos de los cazadores furtivos. Los padres comprenden que dentro de sus limitaciones, el puede llevar una vida normal y hacer lo mismo que todos, aunque sea de manera distinta. Aceptan que deben dejarlo tranquilo, respetando su aprendizaje natural, sin darle todo hecho, sin sobre protegerlo, sin estar pendiente las 24 hr del día …. aunque no preocuparse, es inevitable.

Bolobo milrazones

En el cuento veremos dos contrastes: Los textos preocupados de los padres, y la actitud serena e indiferente a esa preocupación de Bolobo. Mientras leemos las preocupaciones e intentos de hacer algo al respecto de ellos, en las imágenes vemos a un pequeño mono feliz, subido a un árbol, jugueteando por la selva, ingenioso al escapar del cautiverio y ayudar a escapar a todos los demás. Vemos a un mono completamente normal, aunque no tenga brazos.

Lo edita milrazones y es una maravilla de libro sobre la superación personal, de verdad. Se lo vamos a llevar a la profe del cole de mi peque y estoy segura de que le va a sacar mucho partido en clase, leyéndoselo a los niños y enseñándoles a tener empatía, pero no lastima ante la discapacidad. Ellos son el futuro, y si los educamos bien en valores, serán grandes personas.

Actualización: En lo que se publicaba este post, la profe ya ha podido disfrutar del cuento y me ha dado una idea genial para hacer con los niños y que sientan lo que es tener una discapacidad, pero que eso no impide que se pueda hacer una vida normal. Los niños probaron a pintar con la boca, una buena forma de ver sus aptitudes frente a una posible discapacidad, y que la vean como algo normal, sin sentir pena ni lamentarse. El resultado de esos dibujos, aún no lo he visto jeje.

Para finalizar, os dejo una frase de una persona a la que quiero mucho, que tiene una discapacidad pero es la persona más fuerte, valiente, optimista y luchadora que he visto nunca. La frase que un día dijo y jamás olvido es: No soy diferente, soy edición limitada. Eso si es un gran ejemplo de superación personal.

Puedes comprar Bolobo en el enlace de arriba o aquí.

 

13 comentarios en «¿Sentir lástima ante la discapacidad?. Una historia de superación personal.»

  • el 30 enero, 2018 a las 11:15
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    Hace unos cuantos años yo también miraba con lástima, lo admito y ahora me avergüenzo, porque nadie merece lástima por ser diferente por algo. Creo que fue el ser madre lo que me ha hecho cambiar el chip, el mirar a los niños como lo que son, niños, sin más.
    El cuento me ha parecido una preciosidad y en cuanto pueda quiero echarle un ojo.
    Un abrazo!

  • el 30 enero, 2018 a las 12:59
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    Me apunto la recomendación del libro. Yo era de las que sentía lástima. Por puro desconocimiento seguramente. Hasta que empecé a convivir más con ellos (por diferentes circunstancias de mi vida) y ahora siempre los miro con admiración, porque no se si yo hubiera sabido afrontar la situación.

  • el 30 enero, 2018 a las 17:37
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    Me parece un libro increíble de verdad, hay que normalizar y dar visibilidad ante todo.

  • el 31 enero, 2018 a las 09:57
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    Hombre, lo de la pena lo entiendo, eh? Desde los dos lados. Sentir pena es inevitable, que me lo digan a mí. Lo que quizá se puede trabajar un poco es la reacción externa ante la persona discapacitada y su familia. Quizá disimular un poco la pena y poner una sonrisa, y decir algo bonito y real. Pero no es fácil cuando estás en situación, no es nada fácil.

  • el 31 enero, 2018 a las 15:22
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    ¡Qué buena herramienta es siempre un libro!
    ¡Y qué buena idea la de la profe después de leerlo!
    .. da gusto encontrar gente comprometida e implicada.

  • el 31 enero, 2018 a las 21:14
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    Que frase “soy edición limitada”. En mi familia la menor de mis tías materna tuvo parálisis cerebral, quien nos enseñó a amarla por quien era fue mi abuelo. Nunca la vio con lástima pero tampoco se enfadó con quien lo hacía. Ante esas miradas él le devolvía una sonrisa a su hija y seguían su paseo. El libro me lo guardo que me parece un tesoro.

  • el 31 enero, 2018 a las 23:29
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    Qué libro tan bueno, lo buscare para leerlo porque me ha gustado muchísimo. Es verdad que tendemos siempre a tratar con pena o de una manera especial a la discapacidad pero también es que creo que esta sociedad nos ha inculcado tanto la figura de la perfección que todo lo que se sale de ahí es como si fuese un lastre para quienes lo han de cuidar o tratar… La frase me ha parecido lo más!

  • el 1 febrero, 2018 a las 07:46
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    Un libro muy interesante. Tenemos que enseñar a los niños que todos tenemos alguna discapacidad en la vida, unas son más evidentes que otras pero todos tenemos dificultades o no podemos o sabemos hacer algo. Tenemos que tratar de normalizar las situaciones.

  • el 1 febrero, 2018 a las 10:20
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    Que precioso el libro y la forma como aborda el tema de ser edición limitada, me lo apuntaré porque los viernes en la clase de mi hijo pueden llevar cuentos para comentarlos y este me parece ideal!! Gracias por compartirlo!

  • el 1 febrero, 2018 a las 11:00
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    Reconozco que yo soy de esas que piensa que lástima ante una discapacidad, y creo que no hace ningún bien pensarlo porque es tratarle diferente, porque aunque lo sean se busca darles normalidad.
    Me parece una gran idea este libro como historia de superación, un acierto!

  • el 1 febrero, 2018 a las 14:08
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    Buf, este tema da para tanto y tanto que hablar. Efectivamente el sentimiento de lástima no es nada productivo, por qué no mejor colaboras a que esa persona se integre? a que seamos una sociedad empática y equilibrada? Nos falta mucha educación y convivencia y los libros como éste pueden ayudar en gran manera.

  • el 3 febrero, 2018 a las 22:23
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    Qué maravilla de libro!!! Lo quiero para nuestras frutilecturas ya. Es absolutamente genial descubrir un libro así que trate este tema de esa forma. Súper antojo que me has creado!! Gracias por descubrírmelo!!

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