Mejorar la autoestima, todos los niños son perfectos.
La perfección es aburrida y además cuesta mucho encontrarla. Sobre todo, cuando hablamos de personas, o animales.
Muchas veces buscamos la perfección a toda costa y no vemos lo que tenemos delante, que la perfección se encuentra ahí mismo, en la suma de varias cosas, o en las cosas más simples que ya poseemos.
¿Cómo puede ayudar el cuento de hoy, a mejorar la autoestima?.
A lo largo del cuento veremos a su protagonista, Valentina, buscar la perfección. Se encuentra con diferentes animales que no son el perfecto, pero no recalca sus fallos si no que nos habla de sus puntos fuertes.
Finalmente, llega a la conclusión de que la perfección es una suma de factores, y que la tenemos delante.
Si cogemos eso y lo explicamos de manera que entiendan que ninguno somos perfectos pero que eso no es malo, y aun teniendo fallos, todos somos perfectos a nuestra manera, estaremos reforzando su autoestima.
Hazte con el cuento «El animal perfecto» aquí.
¿Los padres buscamos hijos perfectos?
Lo cierto es que si, cada día vemos a padres «competir» con otros padres: – Mi hija de 4 años ya lee – Uy, el mio con 3 ya escribía frases cortas. Son pequeños detalles o frases que pueden pasar inadvertidos, muchos padres lo hacen, o hacemos, y lo vemos como una forma de «presumir de logros» de nuestros hijos. Desde niños que andan con 7 meses, hasta niños que duermen del tirón con 2 días, o niños que se saben todas las normas verbales en primero de infantil. Y admitámoslo, a veces, exageramos demasiado. Hace dos años ya escribí sobre tener un hijo perfecto, y volví a insistir dando consejos para «criar a un hijo perfecto». Como veis, es un tema que me interesa mucho.
¿Alguien piensa en los niños?. ¿Sois/somos conscientes del daño que puede causar que ellos escuchen esas cosas?.
Pongamos un ejemplo: Tienes una hermana, y oyes a tu madre constantemente presumir de sus logros, de lo bien que lo hace o lo mucho que aprende. Seguramente tu, te vas a sentir algo mal, porque no eres «perfecta», o no estás a la altura de tu hermana.
Pero ponte que ahora eres esa hermana, esa hija perfecta. Estás constantemente oyendo hablar a tus padres de tus perfecciones, tanto es así, que sientes miedo a defraudarlos, y tratarás de seguir siendo perfecta, aunque a veces, eso te lleve a la frustración porque no lo consigues.
Lo bello de los hijos es que son seres únicos, con su personalidad, sus aptitudes y sus cualidades, pero también sus defectos. Y los defectos no son malos, nos hacen humanos.
Lo bello está en la diversidad, en que no son todos iguales. Las diferencias de cada cual, son las que nos hacen iguales.
Hay una delgada linea entre estimular y presionar. Es muy positivo que se estimule a los hijos para que tengan motivaciones y ganas, pero cuando eso se convierte en presión por hacer lo que mamá y papá digan, por ser el mejor, por hacerlo todo bien, y por ser perfectos… algo falla.
Cuando a un niño se le dice constantemente lo que ha de hacer, lograr, o ansiar, no se le está dejando que tenga capacidad de elección. Va a depender siempre de que le digan lo que tiene que hacer o conseguir. Le faltará emotividad, autoestima, seguridad, y tendrán más ansiedad.
El animal perfecto.
Valentina busca al animal perfecto, para disfrazarse en la fiesta del cole. ¿Cual será el animal perfecto?
Quizás el cocodrilo, que puede estar en el agua y en tierra. O la jirafa, que ve el mundo desde arriba, o el murciélago que puede ver en la oscuridad… ¿Cual será el animal perfecto? Hay tantos, que cuesta decidirse por uno que lo tenga todo… ¿o quizás el animal perfecto es precisamente uno que sea la suma de todos ellos?. Entonces, ¡todos ellos son perfectos!.
Lo bueno del libro es que es ideal para los niños amantes de los animales. A lo largo de todo el cuento, mientras Valentina busca al animal perfecto, conoce las curiosidades de diferentes animales.
Veremos que los pulpos son capaces de imitar hasta a 15 especies marinas diferentes, que los cocodrilos son incapaces de sacar la lengua o que las jirafas ya corren con su madre a las pocas horas de nacer.
Valentina es optimista, a lo largo de todo el cuento se encuentra con animales que quizás no sean perfectos, pero ella solo se centra en los puntos positivos de cada uno de ellos, no refleja sus defectos.
Al final, por fin descubre cual es su animal perfecto: Una suma de todos ellos.
Un buen libro para hacer ver a los pequeños que la perfección no se encuentra en una única cosa o persona, sino que todos tenemos, o tienen, cualidades para hacer algo perfecto.
Os dejamos con la vídeo-reseña de mi pequeño experto:
Pingback: No hay padres perfectos, ni niños perfectos… Pero sí un montón de momentos perfectos por el camino – mybabymanual
Me ha encantado! Muy buena entrada. Repost!
Lo vi, muchas gracias!
¡Muy buena entrada! Más allá del libro que parece genial, me dejaste pensando en la pregunta ¿Los padres buscamos hijos perfectos? Al parecer a veces se vuelve una competencia, a ver quién tiene el hijo más inteligente, el que mete más goles, el que es más sociable. ¡Cuántas presiones! A veces los adultos tendríamos que pensar en lo verdaderamente importante y dejar de enroscarnos con pavadas. Un gran abrazo.
Yo ya escribí sobre los padres estúpido que solamente piensan en decir que sus hijos son mejores que los de otro porque conseguido hacer algo mejor antes. Si el mío ha empezado a hablar más tarde que los demás, ¿para qué voy a mentir? No me sirve de nada. Prefiero presumir de que mis hijos son felices más tiempo que los demás. Lo de tener hijos perfectos es algo que muchos padres deberían mirarse. Cada hijo es perfecto tal y como es. Y así hay que hacerse ver a ellos. Besitos