Cuento para aprender a esperar. Yo primero-Me first

Desde la editorial PICARONA, nos han hecho llegar este estupendo cuento titulado YO PRIMERO/ME FIRST! (es bilingüe)

Un cuento para aprender a esperar el turno.

Pinkerton es un cerdito que siempre quiere ser el primero. Durante una excursión con los cerdo-scouts, sale disparado con la esperanza de poder comer de nuevo y se encuentra con una extraña criatura que le enseña una importantísima (¡e inolvidable!) lección.

Podéis adquirirlo pinchando —-> AQUI

Ed.Obelisco, Yo primero

Desde que vi el título, sabía que este cuento era para mí. Mi hijo la verdad es que no es demasiado trasto, nunca ha sido de rabietas ni montar escenas,cosa de la cual aún me hago cruces al pensarlo. Pero… tiene un pequeño problema con la paciencia. Bueno, no es que tenga problemas con la paciencia, es que no tiene paciencia.

Todo lo quiere ya, todo tiene que ser ahora, el tiene que ser el primero, ver las cosas el primero, coger algo el primero. Y no, no se pone a llorar si no puede, pero te repite como 100 veces o más la frase: a ver yo, a ver yo, a ver yo, a ver yo…

YO PRIMERO

El cuento está genial para explicar a un niño el por qué no hay que ser siempre el primero, y que no siempre ser el primero es lo mejor. La única pega que le pondría es que, aunque el cuento es bilingüe, hay un juego de palabras crucial para la historia que solo lo entiendes si sabes hablar inglés. Claro, como comprenderéis, a mi me cuesta hacerle entender a mi hijo ese juego de palabras porque tiene 3 años y medio y no sabe hablar inglés más allá de palabras sueltas, colores, números etc. Así que te toca ingeniártelas para que lo entienda de otro modo.

Nosotros lo hemos leído en castellano, yo no sé hablar bien inglés y no quiero confundirlo con mi pronunciación. Pero el cuento se lo vamos a dejar ahora a la profe de inglés, para que ella se lo lea  a los niños en clase.

En cuanto a si noto resultados…la verdad es que no lo sé. Lo leímos apenas hace unos días, y el niño donde más rivalidad tiene por ser el primero es en el cole, así que ya me contará la profe si ha funcionado. Lo que sí está claro es que me ha escuchado, ha atendido mis explicaciones y parecía que lo había captado. Pero ya sabéis como son los niños, puede que luego haga lo que le de la gana.

Os dejo el video que hemos grabado en casa:

 

21 comentarios en «Cuento para aprender a esperar. Yo primero-Me first»

  • el 6 mayo, 2016 a las 08:19
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    Dios !!! Cuanta razón!! Para mi hija todo es una competición , una carrera hasta el baño, a ver quién salta más lejos, a ver quién desayuna antes…. Así toooooodo el rato jajaaj

  • el 6 mayo, 2016 a las 08:20
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    Qué post tan completo. Mi pequeñín Mayor está en esa fase, no es algo exagerado, pero quiere ser el primero en todo… menos en lo que no le gusta 😉

  • el 6 mayo, 2016 a las 08:29
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    Muy interesante el post, la verdad es que cuando la etapa del «yo primero» no se deja en eso, una estapa, la frustración termina haciendo mella. El libro parece un muy buen recurso para hacérselo entender a los peques, ya nos dirás que te cuenta la profesora 🙂 Por cierto, yo lo del inglés también lo hubiese dejado a otro jajaja. Un abrazo!!

  • el 6 mayo, 2016 a las 08:39
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    Llevo mucho tiempo trabajando eso que cuentas con el mío. Y me resulta más llevadero perder contra otro que contra la máquina. Y eso que sus amigos celebran una victoria como si hubieran ganado un torneo, je je je. Ya les dice (y tristemente es el único que lo hace, doy fe) que lo importante no es ganar, sino participar y pasarlo bien. En fin, como siempre, si los demás padres no colaboran, nada que hacer… Besitos

  • el 6 mayo, 2016 a las 08:56
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    🙂 ¡Gran post, solo añadiría lo que, casualidades de la vida, he leído hoy mismo y me ha encantado (no me preguntéis dónde, pero si lo encuentro os paso el link) «Lo importante no es participar ni tampoco ganar; lo importante es aprender» 😉

  • el 6 mayo, 2016 a las 09:22
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    Todos conocemos a algún niño de esos que nos cuentas, que sufren si no sacan la mejor nota de la clase. Es una pena, pero muchas veces la culpa no es del niño, sino de los padres que fomentan ese comportamiento.
    Como siempre me encanta ver tus videos y me hace mucha gracia ver en qué detalles pone tu hijo la atención. Los ojos de un niño no son los de un adulto, siempre ven cosas distintas y eso siempre es sorprendente.

  • el 6 mayo, 2016 a las 11:07
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    Mi hijo está en una etapa similar, pero él compite desde la arrogancia. Te pregunta por ejemplo: mamá como se llama eso?, llave inglesa le contesto y me suelta un «no» seco y arrogante, es un silaco (y se inventa palabras). Como por decir yo lo se y tu no. A veces divierte pero cuando son 15 al día la diversión pasa a otra cosa. También le da por echar carreras conmigo, quiere que hagas lo que el exige (no pide) y si le explicas que tienes que hacer otra cosa te vuelte con el mismo «no» arrogante y cuando ya no le sirve lloriquea. Se ve que echa el pulso desde la arrogancia intentando «mandar» el. Diría que está entrando en la etapa, así que me viene bien tenerlo en cuenta.

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:47
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    Paciencia y más paciencia… no te queda otra. La etapa del NO es de las más «coñazo» que existen, y tienes razón, un poco hace gracia pero llega un punto en que… lo matarías jejejejeje. Están echando pulsos constantemente para saber hasta donde pueden llegar. A mí el ser firme siempre me funciona. Aunque duela, a la larga compensa ;). Mucho ánimo. El libro es una joyita.

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:50
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    Claro, es una de las opciones, que sean los padres quienes fomenten esa competitividad. Al final, acaban siendo clones de sus progenitores para bien o para mal. Una pena cuando el modelo es este ¿verdad? .
    La Sra Jumbo es la caña haciendo videos, voy a tener que empezar a pagarle, a ella y a su hijo, claro, que es la estrella siempre 😀

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:50
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    Me encanta la frase, Martes. Te la copio. Muchas gracias por tu opinión. Nos encanta que te encante y lo sabes 😉 😉

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:51
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    Siempre tiene que haber algún cafre, pero si tu hijo tiene los valores bien bien adquiridos llegará un punto en que no le importe y seguirá predicando con su ejemplo. Un beso.

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:52
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    Sí, la Sra Jumbo tiene que contarnos la experiencia de la profe de inglés. Ya se lo recordaré para que nos lo escriba en un tiempo ;). Me alegro mucho que te haya gustado el artículo. Muchísimas gracias.

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:53
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    Ah bueno, es que los críos de tontos no tienen un pelo jajajajaja. Saben elegir más que bien sus preferencias :D. Muchas gracias por tu comentario 😉

  • el 6 mayo, 2016 a las 15:54
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    Es tremendo… pero tranquila que es muy muy común. Con mucha paciencia y constancia verás que la etapa se queda en el olvido 😉

  • el 6 mayo, 2016 a las 17:26
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    Me planteo el libro si, de hecho lo voy a buscar. Aunque le hemos comprado algunos de temática: amabilidad, enfados y demás, no han surtido mucho efecto. Espero que nos ayude un poco a llevar esta etapa. Es tal como dices, el tonito que usa a veces te saca de quicio, y toca buscar la simpatía donde ya no la tienes por no darle una mala contesta. Paciencia a carros!

  • el 6 mayo, 2016 a las 17:51
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    Pues…ese deseo ser primero, por lo general , no esta mal…Es una parte del desarrollo del niño. Bueno la vida también les enceña.

  • el 6 mayo, 2016 a las 17:56
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    Si, siempre que no se convierta en una obsesión es bueno porque les ayuda a superarse pero todo en su justa medida.

  • el 6 mayo, 2016 a las 18:01
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    Las obsesiones normalmente las crean los padres… El problema en muchos ,para no decir en todos casos ..son los padres

  • el 9 mayo, 2016 a las 08:40
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    Bueno, no es mía, pero espero que la copia de la copia sea fructífera 😀 😀 😀 Lo malo es que se leen tantas cosas al cabo del día, que a veces no recuerdas dónde has leído qué 😉 ¡Un abrazo, Gloan!

  • el 9 mayo, 2016 a las 16:26
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    Mi bichilla no conoce lo que es la paciencia ¡ni parece que lo vaya a saber nunca! Y encima, eso la frustra, no sabe esperar, lo quiere todo ya, y como no siempre puede ser lo que ella demanda, empieza a enrabietarse. ¡Qué paciencia! No sé yo si el librito me lo solucionaría…

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